CAPITULO 30

“ALIEN”

“sálvame con tu amor esta noche,

Ven y llévame de nuevo a la vida…

Ven y despiértame de la muerte…

Ven y mata el sueño que se volvió malo”

“Estoy muerta” me dije tranquilamente,

¿así que es de esta manera como se siente?, ¿Dónde está aquella luz al fondo del túnel?¿dónde está mi abuelito? ¿Dónde está Dios?, volví a reflexionar desilusionada al no encontrar por ningún lado todas esas cosas que en vida la gente solía decir acerca de la muerte.  Todo simplemente fue una farsa.

Era impresionante como a diferencia de la vida, la muerte es fácil y sencilla al igual que impredeciblemente sorpresiva. ¿Ahora que pasaría con mis padres? ¿con mis amigas? Y sobre todo….¿Que pasaría con mi amado Bill? Oh Bill!!!, una punzada de desesperación y culpabilidad  de pronto rompió con toda esa tranquilidad que me inundaba.

Que mierda…que mierda. “estoy muerta” y fue mi culpa, mi maldita culpa. ACABÉ CON MI PROPIA EXISTENCIA. Volvía a repetirme una y otra vez.

Qué estúpida fui, ¿Por qué demonios no me detuve a ver el maldito semáforo?. 

La imagen del rostro de Bill apareció  llenando mi mente  y la culpabilidad se sintió a horrores. “perdóname, mi amor, perdóname” pedí desconsolada. Pero…¿Qué clase de “mundo después de la muerte” era este? ¿Era normal sentirse culpable por su sorpresivo fin?¿era normal sentir esta gran incomodidad? Y… ¿era normal estar haciendo esta clase de preguntas?

-¿Dánica?.

Pude distinguir que alguien pronunciaba mi nombre a lo lejos. Puse más atención y otro sonido se hizo presente, era como un leve pitido que después se fue haciendo más claro y me comenzaba a fastidiar.

-Danni, abre los ojos.- pedía esa voz.  A caso era posible que estuviera aun……¿viva?.   Decidí abrir los ojos lentamente para comprobarlo.

-hay! Danni, despertaste…¡qué alegría! .- decía la voz muy emocionada.

Miré hacia todos lados confundida sin saber que decir o hacer. “desperté y estoy viva”. Concluí estúpidamente

-sabes quién soy  ¿verdad?.- preguntó la voz de pronto muy nerviosa.

-Anna.- respondí con una voz muy rasposa y débil.

Mi mente comenzaba a aclarar y obviamente, también mis sentidos. Me sentía muy incómoda y mis músculos estaban entumidos, quise estirarme pero sentí dolor al intentarlo. me quejé audiblemente y Annie solo me puso su palma en una de mis manos para decirme que me quedara quieta.

-espera, es mejor que no te muevas…llamaré a tu padre para decirle que despertaste ¿Ok? .

Anna salió de la habitación y yo pude apreciar casi todo. Me miré detenidamente tendida en esa aburrida cama de hospital cubierta con una delgada sábana blanca y vistiendo un camisón rosa pálido  abierto por la espalda. Traté de sentarme pero algo rígido en mi brazo izquierdo lo impidió, además de una ligera presión en mis costillas. Divisé el  brazo y descubrí que estaba cubierto por un duro yeso blanco, miré el otro brazo en el cual había una intravenosa y una cosa rara en mi dedo que conectaba hacia el monitor del pitido. También me di cuenta que tenía una manguerita transparente pegada a las fosas nasales y otra clase de especie de cosas a las que estaba conectada.

La puerta de la habitación se abrió y entró mi papá vestido con su bata blanca y detrás de él una enfermera y Annie.

-papá.- dije tratando de volver incorporarme.

-shh,shh. Tranquila mi pequeña. Todo va a estar bien.- dijo con voz tranquilizadora. Sus ojos reflejaban preocupación.

Me examinó meticulosamente y me hizo algunas preguntas para asegurarse que no tuviera un problema grave neurológico. Si no fuera porque me preguntó si sentía dolor en la cabeza, no me habría dado cuenta de la herida ya suturada que tenía en la parte superior de la frente llegando al nacimiento del cabello. Al cabo de unos minutos y después de que aquella enfermera muy sonriente anotara mi estado en mi “hoja del paciente”, mi padre salió de nuevo de la habitación para ordenar que me hicieran otra tomografía del cráneo para estar más seguros de mi estado. No era para quejarse, mi padre era un gran neurólogo.

-vaya, por un momento pensé que no ibas a despertar.- comentó Anna después de que mi papá saliera.

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?.- le pregunté

-pues, como 6 horas..Vaya golpazo que te diste en la cabeza  cuando…..- contestó sin terminar la frase y mejor cambió de tema

-cuando me enteré,  no sabes… casi lloro pero qué bueno que ya despertaste..¿Sabes? justamente hace unos momentos Carol estaba aquí y platicamos….

-¿Qué hora es?.- le pregunté interrumpiéndola

-las 8 pm, ¿por?

-Bill, ¿se enteró?¿dónde está?

Anna se quedó muy callada. Ese silencio me preocupó.

-hemm, bueno, no se si sea momento de decírtelo.

-¡¿Qué?!......¿qué pasó?- dije haciendo un movimiento de cabeza que hizo que me doliera.

-hace horas que estamos intentando contactar a Bill, pero  nada. Mira, creemos que el tuvo que ver algo en tu… tu accidente..- musitó

-ESTAN LOCOS eso no es verdad Anna, el no tuvo nada que ver..Fueron esos reporteros. Me perseguían y…

Mi menté volvió a recrear ese instante cuando el tipo me detuvo del brazo y yo como pude me solté de él para alejarme. Cerré mis ojos con fuerza para borrar esas horrendas imágenes de mi mente.

-Danni, Carol ha intentado contactar a Bill, pero no contesta el celular y ahorita se fue de nuevo a buscarlos a su casa. Tampoco Tom contesta el celular y ya le dejamos muchos mensajes.

-yo quiero hablarle, el no tuvo nada que ver Anna, ¿cómo puedes creer eso?. Pásame mi celular por favor.- pedí insistente estirando mi brazo sano.

-yo no lo tengo, todas tus cosas las tiene tu Kate y me parece que ya se fue a tu casa.

-entonces préstame el tuyo por favor.- volví a insistir esta vez rogándole.

-no, no puedo.- dijo con voz entrecortada.- se lo prometí a tu papá

-¿Qué?.

-si, mira… cuando pasó lo de tu accidente, aquel reportero se presentó a declarar y nos dijo que le habían pagado para que te siguieran y te tomaran algunas fotos. No quiso decir quién. Ahorita está detenido. Y bueno sospechamos que Bill fue el que le pagó al maldito reportero.

-¿sospechan?.-dije levantado la voz una octava más de lo normal. Antes de que Anna pudiera responderme la puerta de la habitación se abrió y entro mi papá con un aspecto severo, al parecer estaba enterado de lo que estaba hablando con Annie.

-Yo estoy seguro que el fue. Así son esa clase de personas, lastiman a quien sea solo para obtener fama.-afirmó enojado tratando de mantener la calma. Tenía los puños cerrados a los costados.

-No es cierto, eso mentira Bill nunca me haría esto.  Solo lo dices porque a ti nunca te cayó bien. Siempre pensaste que no era conveniente para mi, papá.- contesté con voz temblorosa. Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas. ¿Qué me iba a a ocurrir si esto resultaba cierto? Esto era absurdo, el me ama y jamás sería capaz de hacerme esto. Pensé aferrada

-Danni, es cierto.- intervino Anna.- ni siquiera le importaste en lo más mínimo, solamente te usó para conseguirse más fama. Créeme, yo tampoco quería aceptarlo, pero después abrí los ojos. El solamente te engañó.

-eso no es cierto, el me ama y yo lo amo a él

-¡¡entonces!!, si tanto le importas ¿Por qué no ha venido a verte?.- preguntó sarcástica.- abre los ojos amiga por favor, haber, dime ¿alguna vez te he mentido?

“No, Bill, no”. Pensé desconsolada rompiéndome a llorar por la decepción.

Anna jamás me mentiría ella era mi amiga, mi hermana y jamás me haría eso. Todo indicaba que lo que decía mi padre y Annie era verdad. ¿Cómo pude haber caído? Todo parecía como un cuento de hadas que casualidad que alguien tan famoso como él se fijara en una insignificante fan. Era obvio que era una farsa.

Todo a mi alrededor se rompía en miles de pedacitos, y recordé aquella frase vaga: “Amor es entregarle una pistola a ese ser que tanto quieres y dejar que apunte tu corazón, confiando en que nunca jalará el gatillo”, en cambio Bill había jalado aquel gatillo.

-tranquila Amiga- decía Anna mientras me abrazaba, pude ver que en sus ojos también había lágrimas.

¿Por qué dudé de ti amiga?