jueves, 15 de septiembre de 2011

CAPITULO 10

“la cena”
“la belleza que atrae, raramente
Coincide con la belleza que enamora”

Al sacar la última gomita de oso del paquetito de celofán, miré de reojo el reloj: 5:00pm, en ese momento deseé que la manecilla del segundero se detuviera, pues cada vez que avanzaba, me ponía más nerviosa.
Me eché a la boca la gomita y seguí observando el reloj detenidamente, esperando que por alguna razón mágica se detuviera, pero esto no pasó, es más, ahora parecía que avanzaba más rápido.

5:15pm
-¡YA BASTA!- grité mientras que de un salto me levantaba del sillón. 
¿Qué era lo que estaba haciendo?, que mas, ¡¡¡ PERDIENDO EL TIEMPO!!!.
Me dirigí hacia el baño y me detuve frente al espejo para mirarme.
-Bien, Dánica. ¡¡TU VAS A IR!! ¿Entendido?.-me dije a mi misma. Genial, ahora sí que me había vuelto loca, quien lo imaginaria, “hablando sola”. Pfff.

Salí del baño corriendo para dirigirme a mi recamara y tomar mis cosas de baño. Decidí poner un poco de música para calmar mis nervios. Al momento que el primer acorde de la canción “american idiot” de Green Day empezó a sonar, me dirigí rápidamente al baño para darme una ducha “express”, pues ya era tarde.
Salí a trompicones del baño y vestí mi ropa  interior en un tiempo record. De nuevo me dirigí a mi recamara para tomar mi vestido azul y ponérmelo.
Le eché una miradita al reloj que ya daba las 6:00pm.
“media hora para terminar de arreglarme”. Pensé.
Me sequé el cabello y después me lo alacié para después peinarlo, en seguida me maquille un poco y revise que todo estuviera en orden: perfume, accesorios, maquillaje, peinado, ropa, zapatillas abiertas color plateado… todo estaba en orden. ¡SOY GENIAL! Me dije a mi misma.
En seguida bajé corriendo las escaleras y me asomé por la ventana, en ese mismo momento un auto plateado se detuvo frente mi casa.  Las maripositas en mi estómago de nuevo empezaron a revolotear, tenía que aprender a controlar esto si es que no quería terminar con un problema gástrico. Ups.
No quería hacer espera a Bill, así que tomé mi bolsa y salí de la casa.

Mientras cerraba con llave, noté algo raro. El auto era plateado y no el Audi negro que él solía conducir; “tal vez lo cambió”. Dije para tranquilizarme. Pero otra cosa más hizo que me diera cuenta que el conductor no era Bill, traté de ver inútilmente a través de los vidrios polarizados. Pero no pude visualizar nada; tal vez ¿Gustav?¿Georg?. Pero deseché la idea de que era alguno de ellos 2.
  “Si es que es Gustav o Georg, ya se habría tomado la molestia de bajarse del auto y abrirme la puerta”. Pensé.
Repentinamente, Tom salió del asiento del conductor.
La sangre se me congeló al verlo.
-¿vas a subir al auto o te vas a quedar ahí?-me preguntó en tono serio.
Me quedé sin palabras, así que solo pude asentir mientras abría la puerta y me introducía  rápidamente al interior del auto.
-Hola.-saludé débilmente sin apartar la vista de enfrente.
-hummm.-fue lo único que dijo mientras cerraba su portezuela.
Estuve a punto de bajarme del auto, para ir corriendo de nuevo hacia mi casa y encerrarme ahí, pero esta vez no iba a permitir a que mi cobardía me venciera, así que era mejor quedarme ahí a esperar que pasara lo que tuviera que pasar.  Mi propio pensamiento me dio miedo y empecé a imaginar a la FBI frente mi casa  al día siguiente tomando fotografías y haciendo preguntas a los vecinos para investigar el caso de la chica que misteriosamente desapareció la noche anterior.
Genial, ¿porqué habrían mandado a Tom por mi?¿qué tramaban con esto?¿tal vez era una trampa de Tom para deshacerse de mí?. Empecé a imaginarme mil cosas, todas ellas sin sentido, pero después traté de tranquilizarme, pues creo que estaba exagerando un poco.
Miré de reojo a Tom, y me pregunté por qué no arrancaba el auto ya.
El se percató de que lo estaba viendo y me devolvió la mirada.
-hamm. El  cinturón , por favor..-dijo seriamente señalando con la mirada mi cinturón de seguridad.
Tan pronto como me coloqué el cinturón, él arrancó el auto.
Durante el trayecto, ninguno de los dos nos dirigimos la palabra, ni mucho menos la mirada, pues el no despegaba la vista de enfrente y yo no despegaba la vista de mi ventanilla.
Genial, no cuantas veces había soñado con un momento así: “estar al lado de Tom Kaulitz contemplándolo a todo su esplendor “, pfff, pero jamás pensé que me ocurriría en esta situación.
Sabía perfectamente que yo a Tom no le agradaba ni un poquito, pero mi pregunta era ¿Porqué?.


Llegamos a un restauran de Hollywood, L.A., y nos bajamos del auto para que lo estacionaran. Tom entró al restaurant y yo lo seguí.
-Tenemos reservación en la sección privada.-dijo Tom a la recepcionista.
-Claro, para 6 personas ¿cierto Sr. Kaulitz?
-hamm, si, los demás llegarán más tarde.
-entonces, pasen por aquí por favor.-nos guió la recepcionista. Tom y yo la seguimos.

La sección privada del restaurant era muy tranquila y estaba casi vacía.
La mesa reservada era para 6 personas, Tom y yo nos sentamos y el pidió un vaso con agua y yo igual. Estuvimos sentados  esperando a los demás durante 20 minutos, pero nadie llegaba. Tom se estaba desesperando pues no le contestaban las llamadas así que sacó un cigarro y salió a fumar al balcón que estaba ahí cerca.
A pesar de que amaba todo de los chicos de TH, lo que me disgustaba era que fumaran.
-Bill, ¿qué pasó con ustedes? llegamos aquí desde  hace más de media hora.-dijo Tom mientras hablaba por teléfono. Después cambió su semblante y empezó a aumentar su tono de voz, creo que se había enfadado. ¿Qué había pasado con los demás?,  no pude saber ya nada porque Tom comenzó a hablar en Alemán.
Después de unos minutos, Tom volvió a sentarse conmigo y  llamó al mesero.
-Los menús vegetarianos, por favor.-pidió.
El mesero llevó 2 cartas y nos las entregó.
-hamm, ¿ya vienen?.-le pregunté tímidamente a Tom
-no, ellos no van a venir. Surgió  un pequeño problema.-dijo dando un pequeño golpe a la mesa.
-Oh, en ese caso…..-dije mientras hacía ademán de levantarme.
-¿qué vas a pedir?-preguntó Tom
-nada, gracias, es mejor que me vaya
-¡mesero!-llamó Tom
-sí, ¿Qué van a ordenar?-preguntó gentilmente el mesero
-para ella, rabioles con queso -dijo Tom
-y ¿para usted?
-solo otro vaso de agua, por favor.
-Oh, disculpe, no quiero nada, gracias.-le dije al mesero que estaba a punto de retirarse. El mesero se me quedó viendo y luego volteó a ver a Tom confundido.
-no haga caso, y traiga lo que ya le pedí, si no es mucha molestia.-dijo Tom lanzándome una mirada de enojo.
-entendido, señor- y se retiró rápidamente.
-ahora siéntate por favor, Bill dijo que tenias que cenar algo-musitó Tom con la mirando al suelo.
Yo me senté y me lo quedé observando un poco disgustada. Esta vez el no me devolvió la mirada.
Un momento más tarde, el mesero volvió con el platillo y me lo entregó.
-que lo disfrute
-gracias-le contesté mientras tomaba mis cubiertos y comenzaba a comer.
¿Cuánto tiempo más iba a soportar todo esto? , seguramente ya no mucho es por eso que decidí enfrentar a Tom y preguntarle el porqué tanto odio hacia mí. Solo eso era lo que quería saber.
Sin pensarlo 2 veces las palabras se me salieron de la boca:
-así que, ¿solo es una máscara de falsedad la que muestras frente a las cámaras y frente a todos los medios?. Eso se me hace muy hipócrita-dije sin apartar la mirada del plato.
-no sé qué quieres decir con eso.-contestó Tom
Lo miré sorprendida, pues no esperaba que me contestara. Sin embargo el seguía mirando hacia el suelo.
-según tu, tratas bien  a los demás y especialmente a los fans, pero la verdad yo no creo que sea cierto.
-¿porqué lo dices?, yo les tengo un aprecio especial a todos nuestros fans, sin ellos el grupo no sería nada. Y si no sabes, mejor no hables ¿ok?
-wow, y yo que me consideraba una fan de TH, pero bueno, ahora si me doy cuenta que el león no es como lo pintan. Que hipocresía.
-¡que tratas con esto? ¿eh?

No estaba segura si preguntárselo o no. Sin embargo, ¿qué otro día me iba a armar de valor para decírselo?

-¿porqué me odias Tom?, solo quiero eso. ¿Porqué?.
Tom se quedó inmóvil sin responderme nada.
Esperé unos segundos más, pero nada pasaba.
Mi paciencia se estaba agotando y decidí mejor, retirarme de ahí.
-bien, como veo que no vas a decir nada, yo mejor me voy.-dije al mismo tiempo que me levantaba de la mesa y me dirigía a la salida.
-¡espera!-dijo mientras me detenía tomándome del brazo.
-yo no te odio.-prosiguió
Yo lo miré confundida.
-¿entonces?-le pregunté
-la verdad, es algo difícil de explicar. Siéntate por favor.-pidió Tom mientras me sonreía.
Mi corazón latía rápidamente, era la primera vez que Tom me dedicaba una sonrisa, por un momento, en sus facciones, encontré el parecido extraordinario que tenía con Bill. Ahora si parecía el Tom que yo creía.
Me senté y me dispuse a escucharlo.
-¿difícil?.-le pregunté confundida.

CAPITULO 9

“una sorpresiva invitación”
“el destino es el que baraja las cartas,
Pero nosotros somos los que jugamos”
(Shakespeare)


-no es cierto.-
Me dije a mi misma al mismo tiempo que trataba de escabullirme para huir fuera del estacionamiento. Pero lamentablemente, Carol me tomó del brazo y no me dejó, en vez de eso, me guió hacia el auto donde se encontraba Bill.
-¡¿Qué haces!?.-le grite mientras forcejeaba para liberarme de ella
-pareces una niña chiquita.-contestó ella evadiendo mi pregunta

-Gracias, Carol.-musitó Bill

“¿Qué demonios era lo que pasaba aquí?”

-no hay de que, Bill.-dijo Carol.
-¿cómo?-pregunté a ambos muy confundida
-Dánica, hace mucho que no te veía, pensé que me volvería loco.-me saludó Bill con emoción al mismo tiempo que me abrazaba. Esto me tomó por sorpresa que hasta estuve a punto de caerme de espaldas, sin embargo Bill se percató de esto y rápidamente me detuvo sosteniéndome por la cintura haciendo que me acercara hacia su cuerpo y haciendo que su rostro quedara a centímetros del mío. Rápidamente me alejé de él apenada.
-lo siento.-nos disculpamos al mismo tiempo, cosa que hizo que después nos riéramos.
Una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo.
-hammmm, ¿Cómo supiste donde encontrarnos?.-pregunté tratando de cambiar el “tema” y olvidar el momento vergonzoso.
-bueno, en tu carpeta, me di cuenta de las siglas de la universidad.-dijo con un tono de satisfacción
-Oh! Ya veo..-dije y después recordé… Fruncí el seño y cerré los ojos fuertemente.
“Que mierda”
-¿te sientes bien?.-preguntó Bill preocupado
Abrí los ojos y le sonreí.
-hamm. Sí, estoy bien, aunque algo confundida-repuse
 ¿bien?,¿ como pude ser capaz de decir eso?, después de todo lo que fui capaz de hacer para olvidar todo lo ocurrido.
-Ok. Bueno la verdad es que vine aquí para….bueno, para hacerle una invitación a ambas-prosiguió Bill.
-¿una invitación?-contestamos Carol y yo a la vez, muy sorprendidas.
-ham,si. Me gustaría, bueno, a los chicos y a mí, nos gustaría que fueran a cenar con nosotros mañana, por la noche
-¿cenar?-pregunté
-si, una cena privada, podría decirse. Es para celebrar lo de la firma del contrato con la disquera. Es muy importante para nosotros.-dijo Bill
-wow, eso sería fabuloso pero ….-y Carol me interrumpió cuando estaba a punto de terminar mi frase.
-¡si! Sería fabuloso. Claro que iremos.-dijo con una emoción que hasta me quede sorprendida, pues no era normal escucharlo de ella.
-estaríamos encantados de que nos pudieran acompañar. Al momento que decidí organizar esto, pensé en ustedes.
Lo miré sorprendida, buscando en su rostro alguna señal de que todo lo que decía era mentira. Pero no encontré nada. Sus facciones y movimientos mostraban seguridad. No estaba mintiendo.
-wow, me haces sentir importante.-dije bromeando
-lo eres, especialmente para mi.-dijo y me sonrió cuando terminó de decir la última frase.
Yo me quedé atónita al escucharlo.
Hubo un momento de silencio, pero después Bill rompió con ello.
-¿las llevo a su casa?.-ofreció mientras abría las puertas de su auto.
Estaba a punto de negarme, pero de nuevo Carol me interrumpió y acepto la propuesta por mí. ¿Qué es lo que le pasaba?, ella normalmente no era así.
Cuando estaba a punto de subirme al auto en la parte de atrás con Carol, ella me empujó hacia el asiento del copiloto. Yo le lancé una mirada preguntándolo “¿Qué?”, ella solo se encogió de hombros.
Bill arrancó el auto y yo le indiqué el camino a mi casa.
Durante el pequeño trayecto hacia mi casa, Bill me preguntó mi opinión acerca de las letras de las canciones que me enseñó la última vez que estuve en contacto con los TH, y que por cierto había sido incómodo por ciertas razones que no eran, en ese momento, importantes mencionar. También me dijo que ya estaban en proceso de elegir la música de esas éstas, pues según él:”debían ser especiales para alguien especial”. Estuve a punto de preguntarle si eran para su novia, pero me acobardé y en vez de eso, me mordí la lengua para no hablar de más.
Cuando llegamos a la casa, me percaté que faltaba un auto, y supuse que ni mi padre ni Kate se encontraban. Tal vez había ido al supermercado de compras.“Ojalá no se olviden de comprarme mis dulces favoritos”. Pensé.
Bajamos del auto y estaba a punto de invitar a Bill a entrar a la casa, pero en ese preciso momento su teléfono celular timbró; Después de hablar por unos segundos, colgó y se volvió hacia nosotras para disculparse porque ya se tenía que ir.
Seguramente había sido Tom el de la llamada. Pensé estúpidamente.
Antes de irse, Bill tomó mi mano y en ella puso y trozo de papel azul. Lo abrí confundida y vi escrito su número celular. Yo lo vi con una expresión de –“¿para qué?”-
-Toma, llámame para confirmar que si irás. Por favor.-y después se despidió con un movimiento de mano desde su auto. Y se fue.
Me quedé viendo  el auto alejarse y después suspiré
-Wow, a mí se me hace que tú y Bill…..-pero en vez de terminar su frase, Carol  solo se limitó a imitar mi suspiro.
-que graciosita. A por cierto, tú me debes explicaciones. Seguramente sabes algo que yo no.
-no más de lo que tú ya sabes. O espero que ya sepas
-¿a qué te refieres?-pregunté, pero después descubrí a lo que se refería, así que no fue necesaria su respuesta.
-¿Cómo es posible que no te hayas dado cuenta desde un principio? Estaba más claro que el agua y se notaba a leguas.

Y eso era cierto.
De pronto empecé a recordar aquella experiencia en el meet&greet, pues no solo fue simple casualidad que nuestras miradas se conectaran en ese momento. Quien más que el destino era responsable de todo esto.
Las maripositas en mi estómago empezaban a revolotear de nuevo.

-es impresionante ver lo que hace el destino. Toma direcciones que a veces nosotros ni en cuenta, y termina por sorprendernos.-dijo Carol sacándome de mi trance interno.
Le lancé una mirada asustada, pues por un momento pensé que podía leerme la mente.
-entonces, ¿si iras mañana verdad?-me preguntó
-no sé. Le tendré que pedir permiso a mi padre, y me va a bombardear con preguntas que por el momento no quiero contestarle.
-pues dile que quedaste  conmigo para ir a estudiar, o algo así. No soy buena inventando pretextos.-dijo Carol
-¿y qué te hace creer que yo sí?, no me gusta mentirles. Aunque sé que algún día se los tendré que decir.
-sí, estoy de acuerdo contigo.

Ese día Carol se fue temprano a su departamento, pues  tenía planeado salir a comer hamburguesas con su prima que estaba de visita. Poco después que ella se marchara, Kate y mi padre llegaron del supermercado.
Traté de ayudarle a Kate a hacer la cena, pero me di cuenta que en la cocina soy un desastre, sin embargo aún así hice mis intentos por cocinar.
Después de cenar, nos sentamos a ver la televisión, y decidí que ese era el momento preciso para decírselo a mi padre.

-Hamm, oye papá, mañana quedé con Carol y unas amigas para ir al cine por la noche, obvio no tan noche.
-Oh, qué bien hija, es justo que salgas a divertirte un poco, últimamente te he visto muy presionada con la universidad, es justo que ya te des un tiempo para convivir con tus amistades, y esas cosas. Además, mañana tengo que ir a la conferencia a Napa. ¿Recuerdan que se los dije?-dijo mi padre
-Oh!! Roger, ¿tu viaje es mañana?-preguntó Kate preocupada
-sí, ¿porqué la pregunta? Cariño
-¿dejaremos sola a Dánica en  casa? Mañana voy a ir a Nueva York de visita con mi hermana
-lo siento, lo había olvidado.-dijo mi padre mientras me miraba con cierta preocupación. Eso me molestó un poco.
-si no lo recuerdan, puedo cuidarme sola, ya no soy una niña pequeña.-repuse

Después de tanto insistirle a mi padre de que ya era lo suficientemente mayor como para cuidarme sola (18 años lo valen), y con Kate de mi parte, el aceptó con la condición de que mañana regresara temprano a casa después de la “supuesta ida al cine”. Me puse muy feliz.
Un rato más tarde, subí a mi recamara para irme a dormir. Me lavé los dientes y me puse mi pijama. Prendí un rato mi “lap” y me conecté en Messenger; estaba conectada Anna y decidí hablarle para arreglar las cosas, pues era horrible estar enojada con ella. La saludé con un simple: “hola”, sin embargo no recibí respuesta alguna y en vez de eso, ella se desconectó. Me sentí un poco triste, así que apagué la computadora y quise escuchar un poco de música en mi pequeño estéreo.
Fui y busqué en el fondo de mi armario mis CD´s de TOKIO HOTEL, que según yo, los había escondido para no volverlos a usar jamás.
Repetí la canción “monsoon” más de 5 veces, pues ya extrañaba escucharla. Finalmente, terminé escuchando todas las canciones del disco “HUMANOID”.

Antes de apagar la luz de mi lámpara del buró, eché un vistazo a mis paredes vacías
“genial, y mis posters de TH en algún lugar de algún sucio basurero” tendré que comprar otros, todo por hacerle caso a mis tontas y estúpidas ideas:
“nadie puede hacer que lo que ya pasó sea como si nunca hubiera ocurrido” eso es ilógico, ¿Qué era lo que tenía esa vez en la cabeza?¿mierda?. yo creo que si.

Mi padre y Kate se fueron muy temprano por la mañana. Yo hice las tareas del hogar y después le mande un mensaje de texto a Bill para confirmar que si iría, el me respondió con la hora a la que pasaría por nosotras a mi casa: 6:30pm. Me puse muy nerviosa y eufórica cuando me llegó su mensaje, que para no volverme más loca de lo que ya estaba, decidí ir de compras.
Adquirí un vestido “strapless” color azul con detalles negros, pues desde que lo vi en el aparador de la tienda, me encantó.
Al llegar a mi casa, sonó mi teléfono, era Carol
-¡¿Qué?! No puedes hacerme esto
-perdóname, en serio, no me di cuenta que la hamburguesa estaba en mal estado.
-en ese caso, yo no voy. Estará Tom y no voy a resistir su odio. Yo sin ti no voy.
-tú vas a ir, ¿se lo prometiste a Bill?¿RECUERDAS?
-sí pero…
-nada. Ahora si me disculpas, tengo que ir….-y colgó el teléfono.

Lo que pasaba era malo, ahora no sabía ni qué hacer, me encontraba en un estado de “bloqueo emocional”, algo parecido a cuando realizaba los exámenes de matemáticas donde de ver tantos problemas y números me confundía y me bloqueaba sin saber que hacer o por dónde empezar.
Duré un buen rato tumbada en el sillón, perdiendo el tiempo y comiendo gomitas de oso (mis dulces favoritos). Estaba totalmente confundida. ¿Qué pasaría si le hablo a Bill para cancelar?. No estaba muy segura de nada.
Miré repentinamente el reloj  y vi que ya era muy tarde, en menos de 2 horas Bill vendría por mí, y yo aun no sabía si asistir o no asistir.