domingo, 7 de agosto de 2011

CAPITULO 3

GREETINGS FROM L.A.

“la vida es un eterno no saber; cambiar, aprovechar
Sacar lo mejor de cada momento sin saber que pasará
A continuación”
(ghostgirl)



El sonido de la voz de la azafata anunciando el aterrizaje del avión, me despertó. Me asome por la ventanilla y me sorprendí al ver un día muy soleado con un hermosos cielo azul.   Me encontraba un poco melancólica por el hecho de que no vería a mi madre por una larga temporada, sin embrago, al mismo tiempo me sentía muy feliz y emocionada, pues desde hace tiempo que no veía a mi padre, para ser más exactos 3 años.

Mis padres se separaron cuando yo aún era muy pequeña. Tenía 1 año, según mi madre. Ellos 2 se casaron en un ataque de romanticismo pues eran muy jóvenes, tiempo después se dieron cuenta de varias cosas y decidieron separarse. A pesar de sus problemas, siempre fui su prioridad más importante. Pues jamás me dejaron sola, como muchos padres en la actualidad lo hacen.

El avión aterrizó en el aeropuerto de california L.A., a las 12 del medio día. Al pasar por la entrada de “llegadas” busque con la mirada a mi padre que se suponía que ya me estaba esperando. Recorrí con la vista  todos los rostros que me rodeaban, pero sin señal de mi padre, supongo que tenía que esperar un poco a que el llegara. De pronto vi una mano agitarse la cual llamó mi atención, que alivio, era  mi padre. Me dirigí hacia él con una mega sonrisa en mi rostro, pues estaba muy emocionada por verlo. Cuando llegué hacia donde estaba el, ambos nos abrazamos como si hubieran pasado siglos desde que no nos veíamos.
-Papá!!! 
-Dánica, hija, estoy muy contento de verte. No tienes idea de cuánto te he extrañado mi pequeña.-dijo mi padre.
-de seguro no tanto como yo a ti. Papi, 3 años se me hicieron milenios.-musité
-perdona, hija, pero este trabajo es muy desgastante y no me ha dado tiempo ni siquiera para salir de vacaciones.  No sabes las ganas que he tenido de ir a México para ver a mi familia.
-bueno. No te preocupes papá, obvio que entiendo.-le dije con una sonrisa
.wow, hija, mira que grande estas.- me dijo al mirarme de arriba abajo.
-pffff…no tanto, siempre seré tu pequeña verdad??
-claro. Mi pequeña.- me dijo  y me volvió a abrazar.- Es hora de irnos a casa, debes estar cansada por el viaje y el cambio de horario.
-si, estoy cansada. Pero  lo del horario, no es mucha diferencia. Jejeje.-dije con una risita entre dientes.
-ok, vámonos, te quiero presentar a alguien.-me dijo
-wi!! Hablas de esa personita tan especial que conociste de la que me has hablado verdad?..- pregunté
-claro. Quiero que la conozcas, y que se lleven bien.-
-que bien por ti papá, aunque no lo creas, estoy muy feliz de que hayas decidido rehacer tu vida. Quien quiera que sea esa personita, si ella te hace feliz papá, yo también estoy feliz.-le afirmé.

En auto, nos dirigimos hacia la casa, ubicada en Westwood.
WESTWOOD, es un distrito dentro de la ciudad de Los Ángeles, en California, éste se encuentra en la parte oeste de la ciudad. Aparte de albergar a la famosa universidad, UCLA, al la que por cierto asistiría, Westwood se encontra cerca de la famosa cuidad de Beverly Hills. (geniall, y yo sin un perro Chihuahua xD)

Mi padre y yo estábamos poniéndonos al tanto sobre lo que había ocurrido en los 3 años en los que no estuvimos juntos, pues con una llamada telefónica no se podía contar a detalle las experiencias. me preguntó por mamá y por Annie, y también por Andrés (se hubiera ahorrado esa pregunta), pues él juraba que ese chico le había caído bien, cosa que no es cierto, pues cuando le mencioné que él era mi novio, se puso tan celoso que casi se regresa a México para estrangularlo, o algo así.
-digas lo que digas papá, estabas celoso de Andrés.  Se,  escuchaba perfectamente en tu voz cuando hablabas conmigo por teléfono.
-claro que no, hija, todo papá reacciona así cuando se entera que su hija más querida ya tiene novio. No creo que sean celos.
-aja, si como no… de todos modos si es que por aquí me encuentro otro, lo vas a tener que aceptar.- bromeé
-bueno, si no me queda de otra-dijo resignadamente - aunque quiero que te quede claro que si te llega a romper el corazón o te llega a hacer algo, te juro hija, que no se las va a acabar, para eso estamos lo papas –dijo mi padre con un tono de seriedad en su voz. Estaba hablando en serio.
-claro, para eso están los papás-repetí con una risita.
En ese momento el auto dió vuelta a la esquina de la avenida  Wellworth. Por ambos lados de ésta , había casas, mejor dicho, mansiones muy lujosas y con grandes jardines con árboles y palmeras. Estaba tan distraída pensando en los GID (gastadores impulsivos de dinero) que eran los propietarios de las enormes y lujosas casas de ahí, que no me percaté de que el auto se había detenido frente a una casa. Mi nueva casa.
Me bajé del auto para ver con más detalle la casa, mientras mi padre  lo metía al garaje y sacaba las maletas. Estuve parada en la acera, pero hacía mucho calor, asi que me dirigía hacia los escalones, pues cerca había un enorme  árbol y una palmera que hacían una sombra exquisita. No me había percatado de que la casa tenía un jardín, pero este estaba protegido por una barda.  ¿Habría alberca?.

-bienvenida a tu nueva casa.- me dijo mi padre
-gracias, es muy bonita.- dije
-bueno, pero falta que veas el interior, ha y también falta que veas tu recamara. Llame a un diseñador para que la arreglara, pues yo no tengo buen gusto y quería que fuera especial para ti.
-wow, papá no te hubieras molestado. En serio.- dije. Mi padre abrió la reja y la puerta de la entrada.
Mi padre subió las escaleras blancas hacia la planta siguiente y yo lo seguí.
Había 3 puertas color blanco.
-este es el estudio.-dijo señalando la puerta que estaba casi al frente de nosotros.
-esta es la habitación de Kate y mía.-señaló la puerta de la derecha
-y la  habitación de ahí es la tuya, espero que te guste.- caminó hacia la puerta de al fondo.

Me quede boquiabierta cuando mi papá abrió la puerta de la que era  mi habitación.

-No inventes papá, esta habitación está más que genial. Me encanta, gracias.-dije muy eufórica.
-Sabia que te gustaría.-me dijo – bueno te dejo para que te instales ok?.  A por cierto, bajas para que te presente a Kate, no tarda en llegar. Tiene muchas ganas de conocerte.
-si papá.- y cerró la puerta.
Lo primero que hice en mi nueva habitación fue sacar mis posters de TH y pegarlos en una de las paredes cerca de mi cama. El poster mega-poster de tom fue el que acaparó casi toda la pared. También arregle mi ropa en el armario y ordené mis cosméticos y cosas para el cabello en el tocador. Puse mi neceser en el baño. me moje la cara. Cuando salí del baño, me asomé hacia el jardín y pude ver que mi  padre no estaba solo. Ella debía ser Kate. Me seque la cara y me recogí el cabello en una coleta y baje corriendo las escaleras en dirección hacia el jardín.
Kate se portó muy linda conmigo y me contó que ella tambien era de México, solamente que se ganó una beca para estudiar gastronomía en New York. y hacia poco que había conocido a mi papá en esa ciudad.:D
El resto del día pasó sin acontecimientos importantes, Kate preparó una deliciosa cena y después yo le marque por teléfono a mi madre, quien me regañó por no haberle avisado que ya había llegado con mi padre. Le dije un pretexto falso sobre que le había mandado un mensaje de texto pero que tal vez no le había llegado. Después de la cena, me fui a mi habitación y prendí mi Laptop. Me conecté en el Messenger, Facebook y twitter y  cambie  mi estado:

“Un saludo a todos desde L.A. apenas llegue y ya los estoy extrañando. Deséenme suerte en la UCLA, pues la voy a necesitar. Por cierto TKM my BFF (anna)”.

Al instante que publiqué esto en facebook, aparecieron varios “me gusta” y Anna comento:

“wow que genial. Tu aún más cerca de nuestros novios los Kaulitz. Dile a Bill que lo amo mucho ok? A también a Georg.  TKM amiga, y suerte, porque creo que en verdad la vas a necesitar allá estando sin mi XD”

Me reí de lo que había comentado y le puse un “me gusta”. Apagué la Lap y me fui a la cama a dormir.
En parte Anna tenía razón, yo sin ella no se qué haría. Ambas éramos muy buenas amigas desde hace un buen tiempo y la consideraba como una hermana, pues me daba muy buenos consejos sobre qué hacer cuando tenía problemas. Era a ella a la que le depositaba mi confianza. Yo estaba segura de que ella jamás me traicionaría.



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